jueves, julio 25, 2013

El Viaje de Pau, el viaje de muchos.



Hoy quiero escribir sobre una novela de un autor novel que además es uno de mis mejores amigos: Benjamín Recacha. Evidentemente lo primero que pensaréis es que esta entrada versará sobre el peloteo mutuo que nos haremos de nuestras respectivas obras para así promocionarlas. Pues sí, no andaréis equivocados, para eso están los amigos, bueno y para muchas más cosas, claro. De todas formas quiero dejar patente que comento la novela con mucho gusto porque, por encima de la amistad que me une con Benja, quiero valorar una lectura que me ha fascinado como creo que se merece, así que intentaré ser lo más objetivo posible hasta el final.

El Viaje de Pau… Cuando Benja me comentó que estaba escribiendo un libro que iba sobre una persona hastiada de todo que pretende dar un giro a su vida, me sentí inmediatamente identificado. Lo conozco lo suficiente para saber que era un tema que le inspiraba y que, de hecho, amenazaba con tomar visos de realidad en su cabeza. ¿Quién en estos últimos años, después de vista la sociedad que nos rodea, no ha pensado en liarse la manta a la cabeza y emigrar a Urano a montar una churrería? Pues bien, su novela avanzaba a pasito de burra coja, como lo hizo en su día la mía. Ya sabéis: obligaciones varias, trabajo, niño pequeño… Hasta que por desgracia o por fortuna, según se mire, Benjamín pasó a formar parte de la empresa con mayor proyección en los últimos años en nuestro país: EL PARO.

Desde que lo conozco siempre ha hecho gala de un optimismo encomiable y, lejos de desanimarse, decidió combinar su búsqueda de empleo con el desarrollo de su novela. El Viaje de Pau gozó de un nuevo ritmo (se nota en el momento que el protagonista tiene claro qué quiere hacer) y mi amigo la pudo finalizar. Siguió sin desvelarme del todo el argumento, tan solo me insinuó algo sobre la Guerra Civil que yo no alcanzaba a vislumbrar cómo encajaría semejante acontecimiento en la historia de un tipo que quiere cambiar su vida.

Después de una primera revisión, se dignó a dejarme leer su ópera prima. Aparqué Danza de Dragones (lo siento Mr. Martin pero su Canción de Hielo y Fuego se está haciendo un tanto extensa) y me dispuse a devorar páginas, cosa que me resultó fácil.

El estilo de Benja es claro, directo sin ínfulas de grandeza. Va a lo que va sin ánimo de demostrar nada, es decir, a contar una historia de la mejor forma posible. Es cierto que al principio, el hecho de estar narrada en primera persona desde el punto de vista de todos los personajes, puede llegar a despistar o confundir un poco, incluso a veces hay pasajes repetitivos pero no queda otra cuando se elige esta opción narrativa y Benja se zafa bastante bien de la dificultad que implica.

Una vez cogido el tranquillo, la historia fluye por sí misma y se va enriqueciendo con la aparición de los diferentes personajes y el maravilloso escenario en el que se desarrolla, no, Barcelona, no, el otro.

El Pirineo Aragonés se erige como núcleo de la trama. En él, los protagonistas experimentarán los cambios ansiados y descubrirán cosas del pasado que nunca deberían haber quedado ocultas. La Historia no es mi punto fuerte pero cuando te la cuentan de esta manera y añaden episodios próximos y humanos que, generalmente son omitidos en el cole, resulta más interesante y llevadera, así que otro punto para el autor.

Por lo que respecta a los personajes, Pau, el protagonista, podría ser cualquiera de nosotros. Es muy fácil identificarse con él y si no eres capaz de hacerlo, al menos te caerá bien. Tiene sentido del humor, es sincero y ágil de mente, además es un buen tío y se convierte en nuestro héroe masculino cuando consigue ligarse a esa preciosidad que todo el mundo querría tener como novia que es Sandra. Ella es otra de los personajes tan bien desarrollados que podemos encontrar en la novela, al igual que Lali, Lucía y más que me dejo en el tintero (teclado). Sin embargo, no puedo dejar de mencionar a Diego el pastor, quizá de mis personajes favoritos. Es un Chanquete (sí, el de Verano Azul) de montaña. Sencillo y honrado, encandila desde la primera página en la que aparece. Tampoco puedo olvidarme de Ariadna y  familia. A mi entender son los únicos que rechinan un poco en el libro pero imprescindibles para su desarrollo.

En conclusión: vale que Benja es mi amigo, vale que le gustó mi novela pero vale también que hay que reconocer lo bueno y recomendarlo para que todo el mundo pueda degustarlo. Deberíamos ser capaces de liberarnos del consumo de marcas (dícese autores consagrados) de tanto en tanto y dar oportunidades a noveles de calidad. Benjamín está trabajando mucho en la promoción de su novela, lo comprobaréis si os dais una vuelta por su blog en el que hay artículos de gran calidad (es periodista) o visitáis su Facebook (los que tengáis). Desde aquí le deseo lo mejor y estoy convencido de que El Viaje de Pau será compartido por mucha gente. Os dejo algunos enlaces para conseguirlo en papel o en versión digital.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menuda sorpresa! Me alegro un montón de que retomes la actividad literaria y bloguera. Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites. Ah, la crítica me ha encantado. Muchas gracias!

Anónimo dijo...

Hola! disculpa que comente aqui, no encontre otra forma de contactarte. Es que hace algunos anios deje un comentario en uno de tus articulos en este blog donde cometi el error de dejar mi e-mail. Me gustaria, si puedes, que porfavor lo borres por mi,ya que a mi no me aparece la opcion. Mil gracias de antemano. El link del articulo es este, mi comentario es el que dice "EM" y tiene una direccion de e-mail en su contenido: http://diarioescritor.blogspot.com/2006/03/y-ahora-qu.html